lunes, 27 de septiembre de 2010

Defender el cine argentino es defender nuestra cultura

Por María Eugenia Iturralde ////




En la apertura de la Muestra Lucas Demare fue proyectada la película “Pájaros Volando”, una historia que transcurre en el serrano pueblo Las Pircas y tiene como protagonistas a José (Diego Capusotto) y Miguel (Luis Luque). Néstor Montalbano, director del film, compartió las siguientes palabras con nosotros:

¿Qué significan estas muestras de cine, en diversas ciudades del país, para los cineastas?

Significan una posibilidad de acercarnos a gente de todo el país, sobre todo del interior, donde en principio pareciera que todo transcurriera más en Buenos Aires. Esto te permite tener un acercamiento más hacia el público en general de la Argentina. El cine es una manifestación cultural si querés, pero también yo lo tomo como un entretenimiento digno que pueda transmitir nuestra cultura, y sobre todo nuestro lenguaje. Tener cine argentino es defender nuestro lenguaje, por sobre todas las cosas. Entonces como cineasta argentino me siento orgulloso de tener la oportunidad de poder exhibir y manifestarme en distintos lugares del país. 

Particularmente en este festival, si vamos al caso se le ha puesto el nombre de un cineasta emblemático de la industria nacional en la época de los años ’50, sobre todo, cuando teníamos una verdadera industria. Hoy eso lo hemos perdido, hay unas pequeñas intenciones pero las películas cuestan llegarle al público. Ojalá que este tipo de festivales puedan acercar más a la gente y que la gente, a la vez, demande más el cine que quiere, que sepamos nosotros también llegarle a la gente. Este ida y vuelta entre el público y nosotros es lo que va a hacer crecer las necesidades nuestras y de la gente.

Las producciones que haces vos tienen un sello propio ¿Cómo es hacerse un lugar con una impronta personal?

El espacio me lo hago a medida que voy creciendo, yo soy un tipo que no hago una película para un amigo o por puro esnobismo, lo hago para la gente. Indudablemente tengo una personalidad fuerte en la manera de manifestarme, pero no como vidrio. Se perfectamente como puedo contar una historia para entretener, todo ese prejuicio que se genera a través de, haces un humor delirante o raro, para determinado público, y no lo demuestra tanto en la medida que voy creciendo y esta película que lleva casi 130.000 espectadores. Va a ser la 5° película más vista del año, y esto es una experiencia que vengo haciéndola desde el año ’92. Pero fue en el 2000 con “Todo por 2 $”con Capusotto y  toda esa gente donde con el crédito del público fuimos creciendo, mirá ahora como está Capusotto con su programa, los jóvenes lo han masificado. Indudablemente rompo estructuras en pos de también poder regenerar un cine que en algunos lugares, o en gran parte está dormido, no responde a la taquilla o al público, en definitiva al público. Yo eso lo digo sin prejuicios, yo hago una película para entretener, tratar de divertirte y en lo posible, me esmero también para que el guión tenga profundidad en determinadas cosas. Que sea una película con todo en cuerpo, honesta. Pienso que en este caso la película ha respondido a través del público.

Veo que sin miedos vos hablás de industria y de producción cultural…

Sí, hay mucho prejuicio en cine para tocar estos términos. El cine argentino, llamalo independiente -para mí no existe el cine independiente, todo es cine. El cine independiente, está bien para los festivales, yo no hago películas para los jurados. Por eso a mí me emociona que me llamen para esto y no para ir a concursar, si me llaman bienvenido sea, pero yo quiero estar con el público de verdad.             

Con que se encuentran los espectadores de tu película

Con un película que cuenta una historia llana, original, pero a la vez con muchos ingredientes atractivos para pasarla bien. Ayer un espectador en Azul, salió, me da la mano –un tipo que sabía bastante de cine-, yo digo a este no le va a gustar. Cuando sale, me dice: “Me voy lleno”. Y después me persiguió una hora hablándome de la película, se había ido lleno de verdad, a veces lo dicen y sabés que no es así. Yo creo que es una película para irse lleno, obviamente manejo un género que puede ser también no entendido por algunos. Por ejemplo en Tandil, hubo un festival y yo estuve cuatro días, fui a ver 2 o 3 películas, no iba nadie a ver esas películas. Para la mía estaba lleno y tuve que dar una charla después y eso me gratifica, no estaba concursando, fui a presentar el festival y, a lo mejor también convoca Capusotto que hoy tiene  - muy grande.

Me parece fundamental lo que decís de la honestidad, vos empezas trabajando en el ’92 en una línea y siempre te has mantenido en el mismo lugar, y que el público responda a eso para vos debe ser mucho más importante que obtener el éxito por hacer otra cosa.

Yo soy honesto, si hay algo que me rescato es la coherencia con la que hago las cosas, se que desde “Cha Cha Cha” hasta acá he sido coherente. Porque filmo con el corazón, a parte en ese sentido soy un tipo muy seguro, no puedo hacer algo que no me gusta. En la medida que he ido avanzando ha sido porque he tenido receptores que me han permitido que avance, si fuera malo no tendría oportunidades y por algo las sigo teniendo. Creo que es eso, quiero más, quisiera llegar a más gente también, lo tomo como responsabilidad a partir de saber que una película tiene un costo enorme y hay que responder a eso. Eso también es hacerse cargo de una industria, el tema no es sólo de los directores, echémosle la culpa también a los productores. Lucas Demare fue director y productor, respondió a una época, al cine popular, “La guerra gaucha”, y después produjo, ha sido un ser con una identidad y yo voy hacia eso, hacia lo que me interesa. Es mi objetivo, yo respondo a esto, a mi tierra, soy de pueblo, soy de 9 de Julio y me entretienen cosas como al resto de la gente. No me siento un bicho raro a la hora de elegir una película.

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