domingo, 3 de octubre de 2010

Federico Godfrid, entre el cine y la docencia

Por María Eugenia Iturralde

Federico Godfrid llegó a Olavarría con dos propósitos, presentar su película “La Tigra, Chaco” y dictar un Taller de dirección y y actuación en cine y tv. Dos actividades enmarcadas en la 13° Muestra de Cine Nacional Lucas Demare. La proyección del film, el día jueves, contó con muy buena concurrencia, al igual que el taller que tuvo la asistencia de 35 cursantes. Federico había visitado la ciudad en una oportunidad en la que presentó una obra de teatro, y volvió para ser parte de un nuevo evento cultural.



¿Qué significan este tipo de eventos para los realizadores?

FG- Los lugares que existen hoy en día para mostrar la película más allá de la ciudad de Buenos Aires. Es muy difícil llegar al interior del país con la película, habiendo tan pocos cines y los pocos que hay distribuyendo solo películas norteamericanas o taquilleras. Estos espacios, estos festivales, son el lugar que existe hoy donde los realizadores pueden mostrar un cine que no es complicado, pero tiene características que no son 100% comerciales, que no dependen de las solo figuras que están en televisión, que cuentan otro tipo de historias y otro tipo de mundos.



¿Cómo surge la idea de hacer la película?

La peli surge de conocer este espacio que se llama La Tigra, y desde el lugar escribir una historia, instalarse en ese pequeño pueblo del norte del país, del Chaco, y escribir una historia que pudiese suceder ahí. Pero en el lugar, no ir con un guión escrito, sino instalarse a escribirlo ahí. Sin darse cuenta uno, es como un disparador inicial que después cuando te das cuenta ya estas con la película escrita.



¿Los actores son de ese lugar? ¿Dónde hicieron los castings?

Los protagonistas no son del Chaco, en el caso de Esteban eso estaba bien porque el protagonista es alguien que viene de afuera, el resto de los actores son del Chaco y de la Tigra. Uno de ellos es profesional, el resto no, nunca habían actuado. La Vero es una chica que no es de La Tigra, es de Buenos Aires, y trabajó el acento para construir el personaje. Nunca había estado en el Chaco, pero había estado mucho en Corrientes, bailaba mucho chamamé y el acento norteño lo tenía bastante asimilado.



¿Cómo encontraron a la tía Candelaria?

La tía fue parte de esto que nosotros llamamos hacer casting casa a casa. Ir conociendo a todas las mujeres que tenían alrededor de 70 años, que vivían en el pueblo. Una de ellas era Ana, Candelaria y decirle “Vamos a hacerla” y que te diga que si, y empezar a trabajar este vínculo con la actriz en la construcción del personaje. Fue un placer trabajar, tanto con ella como con todos los actores.



¿Cuánto hay de Ana en Candelaria? ¿Fue muy guionado?

Hay mucho de Ana en Candelaria, pero también hay mucho de Ana diluido. Hay mucho de ella, pero ella es muy distinta al personaje. Ana es una persona de carácter muy fuerte, en el pueblo no es una mujer muy querida, porque lo que ella piensa lo hace, está muy bien. Tiene una energía muy fuerte y el personaje Candelaria era una tía muy tierna. Si bien tenía una energía alta, también era muy tierna, delicada, entonces trabajamos eso en ella. Eso es parte del personaje, no es parte de la Ana que se ve cotidianamente.



Además de ser invitado por la proyección de la película, viniste a dar un curso. ¿Qué encontraste en Olavarría respecto a la actuación?

Estuvo re lindo el curso, fue super intenso, estoy cansadísimo. Hubo muy buena concurrencia, 35 personas. Nosotros pensábamos hacerlo para 15, era el cupo, pero la verdad es que se anotó tanta gente que no teníamos ganas de dejar a nadie afuera, así que lo modificamos. Salió muy lindo, los chicos estaban muy contentos, probaron esto de que es la actuación en cine, actuando, los filmamos, proyectamos en grande, para verse en pantalla y ver que pasa con la gestualidad. Creo que se aprendió mucho y que hay muy buenos actores, fue muy interesante porque hubo una especie de crisol de generaciones, chicos de 14 y gente de 55 años. Todos juntos construyendo ese curso, que tenía un nivel académico difícil, porque había contenido universitario y otras de mucho juego, tratando de integrar a todos. Yo te diría que salió muy bien, habría que preguntarle a los alumnos.



¿Qué te llevás de Olavarría?

Siempre cariño. Tuve la posibilidad de venir con la obra de teatro hace 2 año y ahora con la peli y aparte el curso. Siempre me han tratado muy bien y dan ganas estos lugares. Yo siempre que puedo acompaño la película o la obra, estos lugares de encuentro me encantan. Encontrarse con colegas de todos lados y charlar, compartir inquietudes, eso también es el encuentro en Olavarría. Ver que la sala se llena, que la calidad de proyección es muy buena, la verdad que un placer.

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